Nuestra Historia
¿De dónde venimos?
Las MMB nos sentimos agradecidas a Dios porque ha ido tejiendo con nosotras nuestra historia. A ella volvemos para recuperar la ilusión y la pasión primera.
Beatario – Clausura
Todo comenzó cuando a mediados del siglo XVI ( 1540>) tres sencillas mujeres de Bérriz (pequeño pueblo entre los verdes montes de Vizcaya) forman el Beaterio de la Vera-Cruz, ligado a la Orden de la Merced, que tiene como ideal: LA LIBERACIÓN.
A pesar de las dificultades, la pobreza extrema en que vivían, incluso los momentos en que las monjas se redujeron a dos, permanecieron… ¡nada puede con la vida que Dios alienta¡ Como Mercedarias, se habían comprometido a «seguir a Jesús amando a las hermanas y hermanos, aún a riesgo de perder la vida» (4º Voto Mercedario). En 1740 adoptan la Clausura, a lo largo del s. XIX el número de monjas aumenta, en 1873 pueden abrir un pequeño colegio, que va creciendo progresivamente.
Margarita María López De Maturana y La Transformación
Mujer con corazón universal y fe honda, una de esas mujeres que contagia, anima, arriesga.
En 1884 nacen las gemelas Pilar López de Maturana y Leonor. Pilar ingresa en el colegio-internado de Bérriz en 1901, allí descubre la llamada a vivir desde Dios: “quiero vivir consagrada por entero a mi Dios”, un Dios que descubre como vida verdadera, como misterio de amor insondable, que
le atrae. “CRISTO ES VIDA y en El he de fundar la mía”.
En 1903, a los 19 años de edad, entra decidida en el convento de la Vera Cruz de Bérriz, adoptando el nombre de Margarita María. Durante 20 años se dedica a la formación de las niñas, siendo una gran educadora. “Mi vida son las niñas…” dirá.
Margarita es alegre, abierta, comunicativa, siempre atenta a las necesidades de los demás, tanto en el colegio como en la comunidad de hermanas promueve el espíritu de familia. Mujer de oración profunda, con mirada y corazón universal, sensible a las realidades de su época, pronto se despierta en ella la inquietud misionera.
Margarita llevaba muy dentro el ideal de la Merced: La liberación de los cautivos. Impulsada por este ideal, descubre en las misiones que Dios les señala un nuevo camino de entrega y nuevo modo de concretar el carisma liberador: compartir la Buena Noticia de Jesús allí donde no se conoce… Esta inquietud misionera la contagia a las niñas del colegio y a las hermanas del Convento.
Estas mujeres que habían entrado en un Convento de Clausura para dedicar sus vidas a la contemplación, ven en las necesidades de las personas empobrecidas y de quienes no conocen la Buena Noticia de Jesús, que Dios les llama a salir más allá de sus muros y fronteras. Esto suponía un cambio radical, salir del Convento de clausura para una vida plenamente misionera. Este cambio pedía una votación, en ella por unanimidad las 94 monjas acogieron con gozo el impulso nuevo del Espíritu que las llevaba más allá de lo que les era conocido.
Hoy nos cuesta imaginar qué suponía irse desde una aldea de Bizcaia hasta China. Allí llegó el primer grupo de Mercedarias en 1926. (Si quieres conocer más de esta primera Expedición pincha)
En pocos años las Mercedarias llegaron también a las Islas de Oceanía y Japón. Margarita acompañó en dos ocasiones a las misioneras y así pudo conocer las tierras y las gentes con las que tanto había soñado.
El 23 de Julio de 1934, a los 49 años, muere dejando tras de sí un nuevo Instituto misionero.
Su profunda confianza en el Dios de la vida, la llevó a arriesgar, contagiar, animar y abrir nuevos caminos y horizontes para aquella comunidad de mujeres.
Actualizando el Carisma Liberador y llevando su semilla a los cinco continentes.
Nuestro Hoy
Las Mercedarias Misioneras de Bérriz continuamos este sueño, compartiendo nuestra vida con otros pueblos: Filipinas, México, Guatemala, Estados Unidos, República Democrática del Congo, Zambia, Perú, Ecuador, Japón, Micronesia, Taiwán, Zambia.
Las comunidades de hermanas, junto con las comunidades laicales, formamos la familia MMB
«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (Mc.15)