Cuando entramos en la página web de las Hermanas Misioneras de Berriz lo primero que nos encontramos es lo que habla de su carisma “misionero liberador que nos impulsa, en el hoy de la humanidad, a contribuir a que este mundo sea de verdad casa común, mesa compartida, hogar para todas las personas, especialmente para los más vulnerables y para todas las criaturas” y eso es lo que hemos respirado un año más el grupo de jóvenes de las vicarias IV-V-VI de la Diócesis de Bilbao este fin de semana.
Desde hace ya varios años, jóvenes de muchos lugares de la Diócesis nos reunimos anualmente para celebrar un tiempo de retiro. Este año han sido mas de 67 jóvenes entre 16 y 30 años más acompañantes los que hemos tenido la oportunidad de recogernos en esta casa que ya es un hogar. En ella, al llegar pareciese que, Dios mismo, en manos de las hermanas, nos abraza, sostiene nuestro cansancio y comparte nuestras cargas para luego, tras un tiempo de encuentro sosegado con Aita-Ama Dios y gracias al Espíritu, salir fortalecidos con ganas de transformar el mundo.
“Vínculos que transforman” ha sido el hilo conductor este año y sin duda son muchos lo vínculos que estas hermanas están creando en esta tierra, con muchas personas, más allá de sus etiquetas o las que otros pongan, porque Barnezabal es un hogar abierto a la interioridad. Todo esta sencilla y perfectamente pensado y soñado para el reposo, sosiego que eleva el alma.
Gracias a las Hermanas y quienes trabajáis en Barnezabal por abrir vuestra casa y hacer de ella una casa común donde todos y todas nos sintamos parte. Gracias por ser mesa y hogar compartido.
Dios os bendiga, ahora y siempre.
Retiro Jóvenes Vicarias IV-V-VI Diócesis Bilbao.